Degustando vino por las bodegas de Mendoza, delicioso y accesible

La ruta nos lleva a unos 5 minutos de distancia, y la elección se complica, pues las bodegas Luigi Bosca y Lagarde están muy cerca y siendo muy distintas, es imposible resistir los atractivos de alguna de las dos.

Por Rodrigo Pica (@RodrigoPica1)
Panelista de Caleta Abarca
Miembro del panel de cata de Mantegini Sommeliers www.culturasommelier.com.ar

Qué ganas de salir a degustar vinos en terreno el fin de semana. Pero salvo Santa Cruz y Casablanca, a las rutas del vino en Chile les falta mucho para poder ir sin reserva y estar 100% operativas, ni hablar de la atención. Una vez más he terminado en Mendoza para satisfacer mis ansias de placeres dionisíacos, pues allá las rutas del vino son francas, acogedoras y casi inacabables, sin el empaquetamiento arribista que tiene el mundo del vino chileno, pues los mendocinos entienden el vino como parte de su cultura y no como un lujo de falso elitismo.

Además ahora que Godoy Cruz está en Primera, es fácil ver buen fútbol en Mendoza, en el cómodo estadio mundialista Malvinas Argentinas, enclavado en el majestuoso parque San Martín.

Entre tanto lugar con buen vino, con la mitad de los precios que tenemos en Chile y siempre con gran atención es muy difícil elegir, pero vamos recomendando lugares para ir sin pagar tours de hotel o agencia, en los que se debe soportar sujetos deleznables al lado de uno, siendo prisioneros del tiempo y de las decisiones de otros y usualmente sin los mejores lugares. ¿Qué mejor que turistear uno mismo con buenos datos, a la europea, sin interferencias y con buenos lugares?

Para mí es imperdible ir en taxi por unos pocos pesos al bello sector de Chacras de Coria, a pocos minutos de Mendoza hacia el sur, donde hice mi iniciático y místico curso de sommelier con mis profesores, hoy grandes amigos, Luis y Martín Mantegini. Llegamos a las 10:30 am del sábado a la bodega (viña para un consumidor chileno) Alta Vista, de capitales franceses y mucha elegancia, se llama por fono o se envía un mensaje desde su web www.altavistawines.com. El tour con degustación tiene un precio módico, no llega a los 8 mil pesos chilenos, y degustaremos en una maravillosa y elegante barra los mostos tras recorrer las instalaciones. La línea Premium de Alta Vista tiene una relación precio calidad grandiosa, por 90 pesos argentinos (6 mil chilenos aprox.) tenemos 3 cepas que hablan de la identidad del vino argentino: torrontés, bonarda y malbec.

El torrontés es una exclusividad, una cepa de extraño origen, según algunos un cruce de moscatel con criolla, que da lugar a vinos blancos de floral aroma, con notas de azahares y jazmín, y sabores de pomelo y lima, con buena acidez de entrada, amargor en media boca y potente acidez al final, frescos y adictivos. El de Alta Vista en línea Premium es reconocido como uno de los mejores, sus uvas vienen de Salta y es de aquellas botellas que es un tesoro en Santiago de Chile, para gozar con ceviche, sushi o simplemente con jamón crudo y aceitunas verdes.

El bonarda es un tinto cargado de esta uva cargada fruta negra, goloso, con la madera justa y con una nota de grafito en boca que es propio de esta viña, ideal y muy amable en boca, como para sentarse a beber tinto con picoteos o eventualmente solo conversando con un amigo o seduciendo a una mujer atractiva. A quienes no nos gustan los tintos demasiado gruesos, secantes y ácidos, en Chile tenemos pocas opciones aparte del pinot noir, yo pertenezco al club que frente una botella de pinot prefiere tener un bonarda, por lo que siempre es recomendable traer algunos ejemplares, que en su bodega siempre tienen el mejor precio y estado de conservación.

El malbec es otro cuento, el argentino es el mejor del mundo y en este segmento de precio, a mi modesto juicio, Alta Vista Premium tiene uno de los mejores exponentes de Mendoza; fruta negra y buena acidez, el cuerpo y la madera justos, taninos notorios, pero bien trabajados y amables, final sabroso, ideal para el mejor compañero del malbec: carne. Este vino lo pueden pedir en Estancia la Florencia, un gran y argentinísimo restaurant en el centro, en calle Perú con Sarmiento, maridado con un bife de chorizo jugoso en salsa de pimienta… inigualable.

Pueden degustar también otras maravillas de las líneas superiores de Alta Vista: el malbec Terroir Selection, los Single Vineyard, el espumante, etc.

La ruta nos lleva a unos 5 minutos de distancia, y la elección se complica, pues las bodegas Luigi Bosca y Lagarde están muy cerca y siendo muy distintas, es imposible resistir los atractivos de alguna de las dos.

Luigi Bosca, www.luigibosca.com.ar, es de lo más elegante de Mendoza, el lugar es bello, las instalaciones señoriales inspiran respeto y seriedad y la sala de degustación es elegantísima. Hay tanto que probar, todo lo que lleve su etiqueta es de primera, de nariz intensamente frutal, con un estilo amable en boca, buen frescor y aterciopelado; bueno y económico es todo lo que tenga la  etiqueta de la joven línea Finca la Linda: torrontés, bonarda, malbec, chardonnay sin madera, viognier y un sencillo y rico tempranillo; sí, la misma uva de los mejores rioja y ribera del duero españoles, que en Mendoza produce vinos muy distintos y bien logrados, conservando esos sabores de zarzaparrilla y regaliz tan propios de esta cepa, con más verdor que los españoles, con buena fruta roja, interesante acidez y su cuerpo esbelto, sin saturar la boca. En la línea Luigi Bosca, elegantísima en nariz y boca, son imperdibles el chardonnay, el cabernet sauvignon y, por supuesto, el malbec.

Entre las maravillas de alta gama de Luigi Bosca está la línea Gala, cuyos precios rondan los 10 mil pesos Chilenos por botella. Es una línea realmente celestial, 4 ensamblajes, 3 tintos y uno blanco. Todos son maravillosos, pero especial referencia quiero hacer al que funde Malbec, Petit Verdot, Tannat y al blanco de Viognier, Chardonnay, Riesling, que cualquier consumidor chileno debiera probar, pues son muy distintos a los estilos que se trabajan en nuestras tierras.

La otra opción es ir a Lagarde, www.lagarde.com.ar muy cerca también, con su bella casona rústica; uno se siente en casa pronto y caminar por las corridas de vides es un placer de paz; la atención y la guía corren por cuenta de Caro Cortínez, su siempre elegante, cálida y atenta encargada de turismo. Al amante de los espumantes extra brut Lagarde lo seduce, y sus blancos de viognier y torrontés en la joven línea Altas Cumbres -de excelente precio- me enloquecen. Un torrontés que nada en frescor, menos potente de cuerpo que lo habitual, con buena acidez y poco amargor, con más notas de lima y pomelo  que florales, pero muy equilibrado, fácil de beber y refrescante, en un estilo más bien moderno. Un viognier de soberbia madurez, sin madera, con esa nota de damasco seco tan característica de la cepa, el cuerpo exacto y un final pícaro que deja una rica sensación en boca. Los tintos de Lagarde son muy buenos, con malbec bien logrados en todas sus líneas, siendo además indispensable nombrar su ensamblaje y su cabernet franc de la finísima línea Guarda. En este gran lugar tenemos un restaurant en la casona antigua, bello y acogedor, con un excelente menú de pasos, hecho para degustar cada copa con un maridaje ideal que realce las percepciones y placeres.

Después de este largo y  sacro culto dionisíaco, rico en sensaciones y aromas, el apetito clama y domina. Lamamos un taxi (un remis en Argentina), partimos a almorzar al restaurant de la pequeña y elegante bodega Clos de Chacras en la misma zona, www.closdechacras.com.ar . Una casa antigua, de rojizos muros y columnas de fierro forjado nos espera, con una carta siempre variada y de excelentes precios, bien servido, y con los vinos de la casa por copas. La calidad y la elegancia tienen plena garantía, el hombre a cargo de este maravilloso lugar es nuestro atento amigo Juan Pablo Grillo, gran sommelier y excelente persona, que nos deleitará con la carta realzando las virtudes de un siempre novedoso menú, a la carta o de pasos.

El chardonnay de Clos de Chacras, en su joven línea Cavas de Crianza es lejos el mejor aperitivo; para el almuerzo la elección de tinto es incordiosa: todo es muy bueno. Cavas de Crianza malbec es un joven vino fresco, intenso y a la vez sencillo, sedoso y cargado de vigorosa fruta roja; En la línea Gran Estirpe encontrarán uno de los mejores ensamblajes mendocinos y un malbec de otro estilo: maduro, más corpulento y cargado a la fruta negra, delicioso. El cabernet sauvignon es soberbio también, con esa nota vegetal y la suavidad de los caldos cuyanos.

Después de todo esto parece que viene una tarde de siesta… de esas que se gozan. En la noche iremos a cenar pastas, la elección es muy difícil los datos imperdibles son varios, los dos mejores son para mí el elegantísimo Francesco en Chile con Espejo y el sobrio y muy bien atendido Montecatini en General Paz con Mitre, ¡pero de eso hablaremos en otra columna!

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